viernes, 27 de junio de 2008

• Nuestra Sra. de las Lágrimas


Esta advocación, poco conocida, no alude a una aparición de la Virgen, sino a un fenómeno prodigioso que tuvo lugar el 29 de agosto de 1953 en la casa de un obrero en Siracusa (Sicilia). Durante cuatro días un cuadro de yeso con la imagen del Corazón Inmaculado de María derramó lágrimas humanas tal y como pudo constatar una comisión de médicos el 1º de septiembre del mismo año quien llevó a cabo los análisis sobre su composición. La autenticidad de este fenómeno fue declarada el 12 de diciembre de ese mismo año por los obispos de Sicilia reunidos en conferencia episcopal. Para comprender el significado de este fenómeno se recomienda leer la catequesis que pronunció Juan Pablo II sobre la Virgen de las Lagrimas.

Oraciones para implorar sus favores

Conmovido con el prodigio del derramamiento de tus lágrimas, oh misericordiosísima Virgen de Siracusa vengo hoy a postrarme a tus pies, y animado con una sencilla confianza por tantas gracias como has ido concediendo, vengo a ti, oh Madre de clemencia y de piedad, para abrirte mi corazón, para arrojar en tu dulce corazón de Madre todas mis penas, para unir mis lágrimas a las tuyas: las lágrimas del dolor por mis pecados y las lágrimas de los dolores que me afligen.
Míralas, oh Madre querida, con rostro benigno y con ojos de misericordia, y por el amor que tienes a Jesús dígnate consolarme y escucharme.
Por tus santas e inocentes lágrimas dígnate impetrarme de tu divino Hijo el perdón de mis pecados, una fe viva y ardiente, y la gracia que ahora, te pido...
Oh Madre mía, y esperanza mía, en tu Corazón inmaculado y dolorido pongo toda mi confianza.
Corazón Inmaculado y dolorido de María, ten compasión de mi.
Rezar la Salve.

II

Oh Madre de Jesús y Madre nuestra llena de piedad, cuántas lágrimas derramaste en el curso de tu vida.
Tu que eres madre, comprendes perfectamente la angustia de mi corazón que aunque me sienta indigno de tu misericordia me impele a recurrir a tu corazón de madre con confianza de hijo. Tu corazón siempre rico en misericordia nos ha abierto una nueva fuente de gracias en estos tiempos de tantas miserias.
De lo profundo de mi bajeza elevo a ti mi voz, oh Madre bondadosa, a ti recurro, Madre llena de piedad, e imploro el bálsamo consolador de tus lágrimas y de tus gracias sobre mi corazón abrumado por el dolor.
Tu llanto materno me da la esperanza de que me has de escuchar benignamente.
Oh Corazón acongojado de María, obténme de Jesús aquella fortaleza con que soportaste las grandes penas de tu vida a fin de que cumpla siempre, con resignación cristiana y aun en medio del dolor, la voluntad divina.
Obténme, oh dulce Madre, que crezca mi esperanza, y si es conforme a la voluntad divina, obténme también, por tus lágrimas inmaculadas, la gracia que con tanta fe y viva esperanza te pido ahora....
Oh Virgen de las Lágrimas, vida, dulzura y esperanza mía, en ti pongo hoy y para siempre toda mi confianza.
Corazón inmaculado y dolorido de María, ten compasión de mi.
Rezar la Salve.

III

Oh Mediadora de todas las gracias, Salud de los enfermos, consoladora de los afligidos, dulce y triste Virgen de las Lágrimas, no abandones a tu hijo en su dolor, sino como Madre llena de benignidad dígnate venir solícitamente a mi encuentro. Ayúdame, asísteme; recibe los gemidos de mi corazón y enjuaga piadosamente las lágrimas que riegan mi rostro.
Por las lágrimas de compasión con que al pie de la cruz acogiste en tu seno maternal a tu Hijo muerto recíbeme también a mi pobre hijo tuyo, y obténme con la gracia divina un aumento de amor a Dios y a mis hermanos que son también hijos tuyos.
Por tus preciosas lágrimas, obténme también, oh amabilísima Virgen de las Lágrimas, la gracia que ardientemente deseo y que ahora pido confiadamente con amorosa insistencia…
Oh Virgen de Siracusa, madre de amor y de dolor, a tu Corazón Inmaculado y dolorido consagro mi pobre corazón; recíbelo, guárdalo. sálvalo con tu amor santo y que jamás falla.
Corazón inmaculado y dolorido de María, ten compasión de mi.
Rezar la Salve.

A Nuestra Señora de las Lágrimas

Virgen de las Lágrimas, te vengo a saludar con palabras sencillas:Haz que hoy sea el día más feliz de mi vida. Me siento feliz. Me siento bien, no solo de salud corporal, sino sobre todo de salud espiritual.
Las pequeñas molestias y dificultades de cada día las que vendrán a visitarme hoy las acepto no solo con resignación sino con alegría. Sé que Dios me las envía precisamente porque me quiere.
Que bien lo dice el refrán: "Quien bien te quiere te hará llorar."
Todo esto lo ofrezco por tu mediación al Sagrado Corazón de Jesús con todos mis pensamientos, palabras y obras de este día.
Y ahora, quisiera hacerte una petición... (pídase lo que se desea conseguir).
Virgen de las Lágrimas, sé que con tus lágrimas podré conseguir de Jesús lo que pido si él ve que ha de ser para mi bien.
Durante el día de hoy me acordaré de Jesús y de ti como os acordáis vosotros de mí, pobre pecador.
Virgen de las lágrimas, bendíceme en este día. Amén.

Súplica a la Virgen de las Lágrimas

Virgen de las Lágrimas, socórrenos: con la luz que irradia de tu Bondad, con el consuelo que brota de tu Corazón, con la paz, tú que eres Reina de la paz.
Con toda confianza, te presentamos nuestra súplica: aquí están nuestras penas para que nos consueles, nuestros cuerpos para que los sanes, nuestros corazones, para que los llenes de contrición y caridad, nuestras almas, para que obtengas su salvación.
Recuerda, oh Corazón doloroso e inmaculado que ante tus Santas Lágrimas, Jesús no te negó nunca nada. Dígnate pues, Madre Santa, a unir nuestras lágrimas a las Tuyas, para que tu divino Hijo nos conceda la gracia... (hágase aquí la petición) que con tanto ardor te imploramos.
¡Madre amantísima, de las Lágrimas y de la Misericordia, ten piedad de nosotros!

domingo, 15 de junio de 2008

• Nuestra Sra. de los Dolores


Fecha litúrgica: 15 de septiembre

Esta celebración recuerda los dolores que sufrió la Madre de Jesús, sobre todo el día de la Pasión y muerte de su Hijo, dolores que fueron profetizados por el anciano Simeón, cuando en el templo de Jerusalén dijo a María que una espada le traspasaría el corazón ( Lc 2, 32-35). La piedad ha representado a la Virgen Dolorosa con un corazón traspasado por siete espadas que simbolizan otros tantos dolores de María, y hasta hace pocos años esta conmemoración se denominaba "Los siete dolores de la Virgen María".
Devoción de los 7 Dolores de María

Origen: La Virgen le dijo a Santa Brígida (en el siglo XIV): "Miro ahora a todos los que viven en el mundo por ver si hay quien se compadezca de mi y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Y así, tú, hija, no me olvides, aunque soy olvidada y menospreciada de muchos, mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y lágrimas, y duélete de que sean pocos los amigos de Dios".

Las promesas

Nuestra Señora trasmitió a santa Brígida la promesa de 7 gracias que Ella concede a las almas que le honren diariamente (considerando sus lágrimas y dolores) con 7 Ave Marías.
1. Pondré paz en su familias
2. Serán iluminados en los Divinos Misterios
3. Los consolaré en su penas y acompañaré en sus trabajos
4. Les daré cuanto pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas
5. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré de todos los instantes de su vida
6. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre
7. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados , y mi Hijo y Yo seremos "su eterna consolación y alegría".

martes, 10 de junio de 2008

• Nuestra Sra. de Knock

La noche del 21 de agosto de 1879 fue la elegida por la Virgen para hacer su aparición en la iglesia San Juan Bautista de Knock, condado de Mayo en Irlanda.
Quince personas-hombres mujeres y niños-de edades comprendidas entre 6 y 75 años, contemplaron la aparición durante dos horas bajo una lluvia torrencial, al tiempo que rezaban el Santo Rosario. Si bien ellos estaban mojados, el suelo permanecía seco.
La Santísima Virgen Maria, vestida de blanco, con una hermosa rosa dorada sobre su frente y una corona resplandeciente sobre su cabeza, mostraba su primer milagro.
Vino acompañada, San José a su derecha y San Juan Evangelista a su izquierda. Detrás de ellos y sobre un altar se encontraban una cruz, el Cordero y 6 ángeles.
Su venida a este rincón de Irlanda golpeado por la pobreza y el hambre fue un símbolo de esperanza, consuelo y fortaleza en su desdicha para un lugar en donde el desempleo y la emigración eran moneda corriente.

Hoy Knock es un predio sagrado. Desde que se tuvo conocimiento por primera vez de la aparición, los peregrinos han continuado yendo al santuario y se han descrito cientos de curaciones entre enfermos e inválidos que realizaron este viaje de esperanza.
En 1979, año del centenario, el Papa Juan Pablo II fue como peregrino. La visita del Santo Padre confirmó la condición del Santuario de Knock como uno de los principales santuarios marianos del mundo. Durante su visita, el Santo Padre se reunió con los enfermos y minusválidos en la Basílica de Nuestra Señora Reina de Irlanda, donde habló y bendijo a unas 2500 personas.
Así la fama de Knock, se ha extendido más allá de las costas de Irlanda. En la actualidad atrae a más de un millón de peregrinos al año.

A sólo 6 semanas después de la aparición, el Arzobispo de Tuam Dr. John MacHale, estableció una Comisión de Investigación. Los 15 testigos fueron interrogados y la Comisión comunicó que el “testimonio” de todos, tomado en su conjunto, era fidedigno y satisfactorio.
Pasa el tiempo y en el año 1936, se establece otra comisión para interrogar nuevamente a los tres testigos que quedaban de la aparición. Mrs. Mary O’Connell (Mary Byrne), Patrick Byrne y John Curry. Le confirmaron sus declaraciones originales de 1879. Mrs. O’Connell prestó declaración bajo juramento en su lecho de muerte y al final de la misma añadió “Estoy completamente segura de todo lo que he dicho y hago esta declaración sabiendo que voy a ir ante mi Dios”.
El veredicto de esta comisión fue que la evidencia de los testigos era honrada y fidedigna, y con respecto a Mrs. O’Connell, se informó que ella había dejado “una impresión sumamente favorable en sus mentes”.
Después de que la comisión diera su informe y de que las noticias se divulgaran, a través de los medios de comunicación, miles y miles de personas llegaron al Santuario de Knock llevando enfermos. Muchas curaciones extraordinarias fueron noticia en los periódicos de la época. Esa devoción, tanto del clero como de la gente, ha seguido durante todos estos años. Peregrinos de todo el mundo llegan para conocer a Nuestra Señora Reina de Irlanda, con un espíritu de oración fervoroso, abnegación y recogimiento.

Nuestra Señora de Knock, Reina de Irlanda, Tu diste esperanza a tu pueblo en un momento de aflicción y le consolaste en su tristeza. Tu has inspirado a innumerables peregrinos a rezar con confianza a tu Hijo, recordando Su promesa: "Pedid y recibiréis, buscad y encontraréis". Ayúdame a recordar que todos somos peregrinos en el camino del Cielo. Lléname de amor e interés hacia mis hermanos en Cristo, especialmente por aquellos que viven conmigo.
Confórtame cuando estoy enfermo, solo o deprimido. Enséñame a participar con más reverencia en la Santa Misa. Ruega por mí ahora y en la hora de mi muerte. Amén. Nuestra Señora de Knock, ruega por nosotros.